Las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos han disminuido significativamente, ya que las empresas optan por retener sus productos a la espera de que el presidente Donald Trump reconsidere la imposición del arancel del 25% sobre los bienes provenientes de México.
El martes, primer día de la aplicación de estos aranceles, se registró una caída cercana al 40% en los envíos desde Ciudad Juárez hacia Estados Unidos, de acuerdo con Marcelo Vázquez, representante estatal de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de México (ANIERM). Esta ciudad, clave en la manufactura y el comercio transfronterizo con El Paso, Texas, refleja el impacto inmediato de la medida en el comercio bilateral.
Esto representa unos 100 millones de dólares en productos mexicanos retenidos pendientes de ser enviados a través de la frontera, añadió.
“Se paró la movilidad de los productos esperando que pueda haber un día, un día cercano… algún acuerdo para desgrabar las mercancías”, dijo Vázquez a Reuters. “Simplemente aquí están varadas las mercancías esperando que se reacomoden los aranceles”.
Trump impuso aranceles esta semana no sólo a México sino también a Canadá, junto con nuevos aranceles a productos chinos, desatando guerras comerciales que podrían disparar los precios en Estados Unidos y llevar a la economía mexicana a una recesión.
Los aranceles del republicano marcan un punto de inflexión en las relaciones entre Estados Unidos y México y en más de 30 años de integración económica entre ambas partes. Las dos naciones son el mayores socio comercial de la otra en productos que van desde el aguacate hasta el sector del automóvil.
Trump y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, tienen previsto hablar por teléfono el jueves. Muchas empresas de Ciudad Juárez que han frenado algunas exportaciones esperan que se anuncie una suspensión arancelaria tras la llamada, dijo Vázquez.
En muchos sentidos, Ciudad Juárez encarna la integración económica que durante décadas han mantenido Estados Unidos y México, ya que el sector manufacturero de la localidad está repleto de fábricas que producen de todo, desde piezas de automóviles hasta dispositivos médicos, específicamente para su exportación por la frontera norte.
Pero si los aranceles se mantienen, la economía de la ciudad podría verse obligada a alejarse de su vecino del norte, según Mario Cepeda, líder local de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Cepeda dijo que los aranceles podrían interrumpir las cadenas de suministro regionales y paralizar la inversión extranjera, en un momento en que México ha estado apostando por el “nearshoring”, la tendencia a trasladar la capacidad de fabricación lejos de Asia y más cerca de Estados Unidos.
“Es lo más preocupante”, afirmó. “Creo que nuestra ciudad, así como el país, debe de buscar la diversificación de mercados”.