Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (Banxico), señaló que ante el reciente repunte de la inflación, es prudente considerar una pausa en los recortes a la tasa de interés de referencia. El objetivo sigue siendo claro: alcanzar una inflación del 3% hacia el tercer trimestre de 2025, aunque los riesgos globales podrían modificar ese escenario.
Durante su participación en un evento en Monterrey, Heath advirtió que la situación económica actual exige decisiones cautelosas.
“Quizá es momento de hacer una pausa y observar cómo evoluciona la inflación, para asegurarnos de que realmente va en descenso”, afirmó.

Actualmente, la inflación general se ubica en 4.9%, con señales de aumento reciente. De aplicarse un nuevo recorte de 50 puntos base en la reunión de política monetaria del próximo 26 de junio, Banxico estaría cerca del límite superior del rango estimado para su tasa de interés.
Debate interno y postura del banco central
Heath indicó que la Junta de gobierno de Banxico debatirá esta posible pausa en la siguiente sesión. Destacó que aunque se han realizado recortes desde el nivel máximo de 11.25%, alcanzado durante la etapa más restrictiva posterior a la pandemia, la tasa actual de 8.50% sigue siendo elevada en relación con niveles históricamente neutrales.
“El rebote reciente parece temporal, y esperamos que la inflación retome su tendencia descendente. Sin embargo, muchas encuestas proyectan un cierre de año más alto, alrededor del 3.7%”, puntualizó.
Inflación subyacente: un foco de atención
Uno de los principales retos que observa el banco central es la inflación subyacente, que excluye productos de alta volatilidad y responde más directamente a la política monetaria. Analistas advierten que los precios de mercancías podrían seguir presionando al alza, contrarrestando la posible baja en precios de servicios.
Banxico, por su parte, mantiene la expectativa de que los precios de los servicios disminuyan gracias a las condiciones cíclicas de la economía.

Factores externos e imprevisibles
Heath también explicó que algunos aumentos recientes —como en el caso del pollo, cebolla, limón o aguacate— corresponden a la inflación no subyacente, la cual es más volátil y difícil de prever. Estos choques dificultan que la inflación alcance sostenidamente el objetivo del 3%.
Finalmente, recalcó que la evolución de la inflación dependerá tanto de factores internos como de la estabilidad del contexto global, incluyendo las decisiones de política comercial de Estados Unidos.