Imagina que te colocas un casco, cierras los ojos, respiras profundo… y sin mover un solo dedo, tu personaje en pantalla empieza a correr, esquivar, atacar. No hay control en las manos. No hay botones que presionar. Solo estás tú, tu mente… y el juego.
Esto ya no es ciencia ficción. Se trata del neurogaming doméstico, una tendencia que está revolucionando la forma en que nos relacionamos con la tecnología. Gracias a avances sorprendentes en interfaces cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés), ahora es posible jugar videojuegos controlados directamente con la actividad cerebral, sin necesidad de cirugía ni dispositivos invasivos. La mente se convierte, literalmente, en el nuevo control.

¿Cómo funciona el neurogaming?
Todo parte de un principio poderoso pero simple: nuestro cerebro emite impulsos eléctricos constantemente. Al usar cascos especiales con sensores EEG (electroencefalograma), es posible registrar esta actividad eléctrica a través de electrodos colocados suavemente sobre el cuero cabelludo.
Estos dispositivos detectan señales cerebrales específicas, como aquellas que se activan al imaginar movimientos o al enfocarse intensamente. Luego, a través de un proceso de calibración personalizada, el sistema aprende cómo se ve “pensar en saltar”, “concentrarse”, o “relajarse” en tu cerebro. Una vez reconocido ese patrón, puede traducirlo en una acción dentro del juego.

Jugar sin las manos: historias reales
Una de las historias más fascinantes del neurogaming es la de Perri Karyal, creadora de contenido y presentadora de videojuegos, quien logró lo que parecía imposible: completar el exigente videojuego Elden Ring sin tocar un solo botón, usando únicamente un casco EEG de la empresa Emotiv.
Perri entrenó el dispositivo con señales cerebrales que ella misma generaba: para correr, se imaginaba empujando un cubo; para esquivar, se concentraba en girar un plato mientras tarareaba una canción de los años 80. Su mente se convirtió en su mejor aliada, demostrando que el juego mental no tiene límites.

Más allá del control: juegos que responden a tus pensamientos
La experiencia de Perri no es un caso aislado. Juegos como Mindflex, de Mattel, permiten a los usuarios mover una pelota con sus niveles de concentración, dirigiéndola a través de obstáculos mentales.
Por otro lado, Mindball enfrenta a dos jugadores, que usan diademas EEG para empujar una bola hacia el oponente, dependiendo de quién mantenga mejor el enfoque mental. En este tipo de juegos, la atención y la calma no son ventajas… son la única forma de ganar.
La startup Neurable también ha desarrollado experiencias de realidad virtual que responden directamente a la mente del jugador. Su CEO, Ramses Alcaide, afirma que su tecnología “interpreta respuestas cerebrales ante estímulos visuales”, lo que permite una experiencia más natural, inmersiva e intuitiva.

¿Y cómo se consigue esta tecnología?
Aunque hasta hace poco parecía exclusiva de laboratorios o centros de investigación, hoy en día ya existen opciones accesibles para usuarios en casa. Estos son algunos de los modelos más destacados:
- Muse 2: Diadema ligera enfocada en medir concentración y atención. Ideal para meditación o juegos sencillos. Precio aproximado: 6 mil 700 pesos.
- Emotiv Epoc X: Uno de los dispositivos más avanzados, con 14 canales EEG. Pensado para desarrolladores o investigaciones serias. Precio: alrededor de 37 mil 500 pesos.
- NeuroSky MindWave Mobile: Más económico y sencillo, compatible con iOS y Android. Perfecto para quienes quieren comenzar.
- Mindlink EEG: Accesible, con sensores básicos, funciona para juegos de relajación y concentración. Precio: cerca de 304 pesos.
- NextMind: Apuesta por un sistema no invasivo que se coloca en la parte posterior del cráneo para leer señales visuales del cerebro.
Tecnologías que van más allá: Motor imagery y SSVEP
Dos métodos han destacado por su precisión:
- Motor imagery: permite activar acciones imaginando movimientos. Por ejemplo, al visualizar que mueves tu mano, el sistema interpreta esa intención y la convierte en una orden.
- SSVEP (Potenciales Evocados Visuales de Estado Estable): funcionan mediante estímulos visuales parpadeantes. Al concentrarte en un objeto que parpadea a cierta frecuencia, el cerebro responde en sincronía, lo que permite ejecutar comandos específicos.
Ambas tecnologías ya se han probado en títulos como World of Warcraft y Space Invaders, mostrando que es posible tener sesiones de juego completas sin contacto físico alguno.
¿Qué beneficios ofrece el neurogaming?
Los beneficios van mucho más allá del entretenimiento:
- Accesibilidad para personas con discapacidad, al ofrecer nuevas formas de interacción sin depender del movimiento físico.
- Mayor inmersión e innovación en los videojuegos, lo que transforma por completo la experiencia del usuario.
- Entrenamiento cognitivo, al fortalecer la atención, la memoria, la concentración y la relajación.
- Aplicaciones en salud, meditación, neurorehabilitación y hasta en educación personalizada.

¿Y las desventajas?
No todo es perfecto aún. Existen limitaciones como:
- Largos procesos de calibración, que requieren práctica y paciencia.
- Precisión limitada, especialmente en juegos complejos o de ritmo rápido.
- Fatiga mental, ya que mantener el enfoque puede ser agotador.
- Riesgos sobre la privacidad, pues aún no hay regulación clara sobre cómo se almacenan y usan los datos cerebrales.

El futuro del neurogaming ya está aquí
Empresas como Neurable están desarrollando nuevos cascos con realidad virtual totalmente controlada por la mente. La tendencia apunta hacia videojuegos adaptativos, donde la dificultad se ajusta automáticamente a tu nivel de atención o relajación. Imagina un juego que “siente” tu fatiga y baja el ritmo… o que aumenta la dificultad justo cuando estás más concentrado.
¿Y si esto va más allá del juego?
Lo que empezó como un experimento lúdico, ahora se proyecta en terapias, productividad, aprendizaje e incluso mejora del rendimiento humano. Proyectos como NeuroRacer ya mostraron su eficacia para reducir el deterioro cognitivo en adultos mayores, y voces como la de Amy Kuse, exdirectora de DARPA, han reconocido el potencial del neurogaming para transformar el rendimiento del ser humano.
Sin embargo, también hay escepticismo. Expertos como Zack Lynch, de Neuro Technology Industry Organization, y Chris Petrovic, exdirectivo de GameStop, consideran que el mercado aún no está listo para adoptar esta tecnología a gran escala. Para ellos, mientras no se ofrezca valor duradero y accesible, seguirá siendo una curiosidad más que una revolución.

¿Y tú, jugarías con la mente?
El neurogaming no es un reemplazo de lo actual, pero sí una nueva frontera que mezcla ciencia, imaginación y tecnología. Y aunque todavía estamos dando los primeros pasos, lo cierto es que jugar con la mente —literalmente— ya no es cosa del futuro.
El juego ha cambiado. Ahora es mental.