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Por primera vez miden nanoplásticos en las profundidades del océano y los resultados son alarmantes

¿Qué son los nanoplásticos y qué podemos hacer para eliminarlos? Aquí toda la información

Foto: Rosy - Bad Homburg - Germany / Pixabay

Foto: Rosy - Bad Homburg - Germany / Pixabay

Por primera vez, la ciencia logró ponerle número a una amenaza invisible. Un grupo de investigadores de Países Bajos, Alemania y Suecia logró medir con precisión la cantidad de nanoplásticos —fragmentos diminutos de plástico— presentes en el Océano Atlántico Norte. El hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Nature, revela un escenario que preocupa: estas partículas microscópicas superan, en cantidad, a los plásticos más grandes que flotan en la superficie.

Pero, ¿qué son los nanoplásticos? Se trata de fragmentos tan pequeños que miden menos que una millonésima parte de un metro. Se forman cuando los plásticos comunes se rompen por efecto del sol, el oleaje o los cambios de temperatura. A simple vista no se ven. Y hasta hace poco, ni siquiera se podían contar.

Eso acaba de cambiar.

Botellas de plastico
Foto: Pete Linforth / Pixabay

El equipo, liderado por el científico Dušan Materić, emprendió una travesía a bordo del buque Pelagia, recorriendo el Atlántico desde Europa hasta las aguas tropicales. Tomaron muestras en 12 puntos diferentes y a tres profundidades: cerca de la superficie (a 10 metros), en la zona media (mil metros) y cerca del lecho marino, a más de 4 mil 500 metros de profundidad.

Los resultados son impactantes: en los primeros 200 metros del océano hay al menos 27 millones de toneladas de nanoplásticos. Una cifra tan abrumadora que equivale, en masa, a toda la contaminación plástica estimada previamente para el Atlántico.

Las mayores concentraciones se registraron cerca de las costas europeas, con 25 miligramos por metro cúbico. A mayor profundidad, los niveles bajan, pero los nanoplásticos están ahí, incluso en las zonas más remotas del mar.

Nanoplásticos
Foto: Freepik

Un riesgo que no se ve… pero está

El hallazgo no solo sorprende por su magnitud, sino por sus implicancias. Estos diminutos residuos pueden ser ingeridos por peces y otros animales marinos. Lo más inquietante es que, debido a su tamaño, tienen la capacidad de atravesar barreras celulares, acumulándose en los organismos. Y si entran en la cadena alimenticia, también podrían llegar al ser humano.

Una tecnología clave para ver lo invisible

La investigación fue posible gracias a una tecnología innovadora: un dispositivo llamado PTR-MS, que detecta los gases liberados al calentar los plásticos. De esa forma, identifica tanto el tipo de material como su concentración.

Gracias a este método, el equipo pudo detectar tres tipos principales de nanoplásticos: PET (como el de las botellas), PS (poliestireno) y PVC. Curiosamente, no se encontraron rastros de polietileno (PE) ni polipropileno (PP), los plásticos más comunes. Se sospecha que estos materiales pueden degradarse más rápido o transformarse de una manera que aún no se comprende del todo.

Más allá de las cifras, el estudio representa un hito: es la primera vez que se logra un mapa confiable de los nanoplásticos en el océano. A partir de ahora, otros proyectos podrán usar esta misma técnica para estudiar su impacto en la vida marina y en la salud humana.

Contaminación
Foto: macrovector / Freepik

¿Qué hacer ante esta nueva amenaza?

Materić advierte que los nanoplásticoshan llegado para quedarse” y que se necesita una respuesta urgente. Para él, hay dos caminos: prevención y mitigación.

La prevención implica reducir la producción de plásticos innecesarios —como los que se usan en la moda rápida— y buscar alternativas naturales. Pero cuidado con las falsas soluciones: muchos productos “degradables” o “compostables” en realidad se rompen más rápido… en más nanoplásticos.

Por otro lado, la mitigación requiere tecnologías costosas, que hoy solo pueden aplicarse en puntos críticos. Aun así, son herramientas importantes para frenar el avance de esta contaminación silenciosa.

Plástico
Foto: rawpixel.com / Freepik

Un llamado a la conciencia

Durante mucho tiempo, incluso dentro de la comunidad científica, se dudó de la existencia de los nanoplásticos. Hoy, con pruebas concretas, queda claro que están por todas partes, en grandes cantidades, y que representan un nuevo desafío ambiental.

El océano, ese inmenso y misterioso ecosistema del que depende buena parte de la vida en el planeta, nos está hablando. Y esta vez, lo hace a través de partículas que no podemos ver, pero que están transformando el mundo bajo la superficie.