La democratización del acceso a los mercados financieros en México está tomando impulso gracias a la aparición de productos de inversión accesibles, seguros y cada vez más diversificados. Hoy en día, es posible comenzar a invertir con montos tan bajos como 100 pesos, una realidad que hace apenas una década era impensable para la mayoría de la población.
Uno de los instrumentos más populares es el Certificado de la Tesorería de la Federación (Cetes), una herramienta emitida por el Gobierno de México que ofrece rendimientos estables a corto plazo y con bajo riesgo. Cetes se consolidó como una opción ideal para quienes desean iniciarse en el mundo de las inversiones, gracias a su seguridad —al estar respaldado por el gobierno— y a su accesibilidad a través de plataformas como Cetesdirecto, donde se puede comenzar con tan solo 100 pesos.

Además de los Cetes, el ecosistema financiero crece significativamente con la participación de Sociedades Financieras Populares (Sofipos) y fintech reguladas, que ofrecen alternativas atractivas con mayores rendimientos. Las Sofipos, reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), permiten invertir en pagarés o cuentas de ahorro con tasas anuales que oscilan entre el 10 y el 13%, dependiendo del plazo y del perfil de la entidad. Un punto a favor es que muchas de estas instituciones están respaldadas por el Fondo de Protección de Sociedades Financieras Populares, que cubre hasta 25 mil UDIS (aproximadamente 200 mil pesos), brindando un nivel adicional de confianza al inversionista.

Por su parte, las fintech, amparadas por la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, revolucionaron la forma en que los usuarios acceden y administran sus inversiones. Estas empresas utilizan plataformas digitales intuitivas que no solo facilitan la apertura de cuentas e inversión en instrumentos diversos, sino que también proporcionan educación financiera gratuita para que los usuarios puedan tomar decisiones más informadas. Algunas fintech ofrecen productos que generan rendimientos de hasta 16% anual, aunque es importante destacar que, al no estar respaldados por el gobierno, conllevan un mayor nivel de riesgo.

Entre las opciones que ofrecen las fintech se encuentran:
- Inversiones en pagarés digitales: similares a los depósitos a plazo, pero ofrecidos por plataformas privadas.
- Inversiones en portafolios diversificados: mediante algoritmos (robo-advisors), donde se invierte en distintos activos como bonos, acciones, o fondos.
- Créditos colectivos (crowdfunding): donde los inversionistas prestan dinero a empresas o personas a cambio de un rendimiento. Aunque es una opción rentable, también es más volátil y puede implicar la pérdida parcial o total del capital si no se gestiona con precaución.

Si bien es cierto que las alternativas más rentables suelen implicar un mayor riesgo, la existencia de mecanismos de protección, una regulación cada vez más robusta, y el acceso a información y tecnología, transformaron el panorama financiero mexicano. Ahora, miles de personas tienen la posibilidad de hacer crecer su dinero de forma informada, segura y adaptada a sus necesidades.
En este nuevo entorno, el reto para el inversionista ya no es el acceso, sino la educación y la responsabilidad financiera. Saber diversificar, comparar rendimientos y riesgos, y mantenerse informado, se convirtieron en herramientas clave para aprovechar al máximo el potencial que ofrecen las inversiones accesibles en México.