El Mundial de Futbol 2026 no solo traerá consigo la edición más extensa de la historia —104 partidos en 39 días—, sino también una transformación significativa en los hábitos de consumo de los hogares mexicanos. Con encuentros programados entre la 1:00 p. m. y las 7:00 p. m., el impacto en la dinámica diaria, el gasto y las decisiones de compra ya comienza a hacerse visible.

Hogares “apasionados”: el motor del consumo rumbo a 2026
Un análisis reciente indica que el 38% de los hogares del país se identifica como apasionado del futbol. Aunque representan una minoría, concentran el 41% del gasto total en productos de consumo masivo.
Entre sus principales comportamientos destacan:
- Gasto anual 11% superior al promedio nacional.
- Aumento de hasta 15% en el ticket promedio durante el torneo.
- Crecimiento acelerado, el doble en comparación con otros perfiles de hogares.
Incluso los hogares con menor afinidad por el futbol—clasificados como “eventuales” o “desinteresados”—elevan su gasto entre 4% y 8% durante la temporada mundialista, lo que confirma que el torneo moviliza a todo el mercado sin distinción de nivel de afición.

Un Mundial que impulsa mayor consumo: alimentos, tecnología y experiencias
Conforme avanzan los partidos, los hogares muestran cambios claros en sus patrones de compra:
- Incremento en alimentos, bebidas y servicios a domicilio
La convivencia en casa impulsa la compra de botanas, refrescos, cerveza, alimentos congelados, panadería, carnes frías y pedidos de entrega.
- Mayor sensibilidad a promociones
Las familias responden con fuerza a combos, descuentos y activaciones temáticas relacionadas con el torneo o con la Selección Nacional.
- Auge de tecnología y mejoras del espacio en casa
Pantallas, bocinas, routers, servicios de streaming y productos que optimizan la experiencia de ver los partidos registran mayor demanda.
- Decisiones de compra más emocionales
El entorno social —familia, amistades y compañeros de trabajo— influye directamente en qué se compra, cuándo y cuánto se invierte.

Tres tipos de espectadores, tres tipos de consumidores
El estudio identifica perfiles clave para comprender el mercado rumbo a 2026:
- Apasionados: siguen la mayoría de los partidos, planifican sus compras y buscan experiencias completas.
- Eventuales: consumen contenidos selectivos; reaccionan a promociones y compras por impulso.
- Desinteresados: aunque no siguen el torneo, mantienen actividad estable en categorías esenciales, especialmente alimentos y productos del hogar.

Más partidos, más consumo, más oportunidades
La justa mundialista de 2026 coincide con un entorno favorable para el aumento del consumo:
- Horarios alineados con los picos de compra en el hogar.
- Mayor convivencia familiar, que impulsa gastos colectivos.
- Consumidores híbridos, que combinan compras digitales, presenciales y búsqueda inmediata de promociones.
Datos previos muestran que seis de cada diez hogares mexicanos siguieron el mundial anterior y que la afición crece cuando participa la Selección Nacional. Con más sedes, más equipos y un calendario extendido, se prevé un impacto más amplio en 2026.

¿Cómo deben prepararse las marcas?
El análisis sugiere tres líneas estratégicas para el sector:
- Conocer los hábitos de cada hogar: patrones de compra, horarios y canales preferidos.
- Segmentar según nivel de afición: adaptar campañas para apasionados, eventuales y desinteresados.
- Diseñar estrategias por categoría y región: las prioridades cambian entre zonas urbanas, rurales y periurbanas, así como entre categorías como bebidas, snacks, tecnología o servicios de entrega.

Un reflejo del consumo mexicano
El estudio ofrece una visión integral de cómo los hogares del país gastan, en qué categorías se concentran, qué canales prefieren y cómo evolucionan sus hábitos conforme avanza el torneo. A menos de un año del inicio, el Mundial 2026 ya está moldeando emociones, mercados e intenciones de compra.
Las marcas que logren comprender este panorama —más emocional, más digital y más orientado a la convivencia— estarán mejor posicionadas para capitalizar un evento que, en México, se vive, sobre todo, en casa.