El Mundial de Futbol que se celebrará en 2026 en México, Estados Unidos y Canadá podría aportar hasta 0.5 puntos porcentuales al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano, principalmente por el aumento del turismo y del consumo asociado al evento.
El impacto económico se explicaría por el comportamiento de los visitantes internacionales, quienes suelen extender su estancia más allá de las sedes deportivas para conocer distintos destinos turísticos del país. Este efecto multiplicador favorecería sectores como hospedaje, transporte, servicios, comercio y entretenimiento, generando una derrama adicional en diversas regiones.

Las proyecciones económicas para 2026 estiman un crecimiento del PIB cercano a 1.5%, escenario en el que el Mundial jugaría un papel relevante como factor de impulso. Sin este evento, las expectativas de crecimiento serían más moderadas, en un contexto de desaceleración económica global.
Desde una perspectiva regional, el impacto del Mundial va más allá del evento deportivo, al detonar flujos de consumo, inversión en servicios y mayor actividad turística. Este efecto permitiría una recuperación gradual del crecimiento económico respecto al desempeño previsto para el año previo.

No obstante, el impacto no será homogéneo. Algunas estimaciones consideran que, debido al número limitado de partidos que se disputarán en territorio mexicano y a la relevancia de los encuentros asignados, el impulso al consumo podría ser moderado. Bajo este escenario, el crecimiento económico para 2026 se ubicaría alrededor de 0.8%, sin incorporar un efecto significativo del Mundial.
Impacto será moderado pero positivo
Aun con visiones cautelosas, se anticipa una derrama positiva en sectores clave como turismo y consumo. La expectativa general del mercado sitúa el crecimiento económico en torno a 1.3% para 2026, considerando un efecto moderado del evento deportivo.

Posibles presiones inflacionarias
El aumento en la demanda de bienes y servicios derivado del flujo turístico podría generar presiones inflacionarias durante el segundo y parte del tercer trimestre de 2026. Este comportamiento podría mantener la inflación por encima del 4% en la primera mitad del año y convertirse en un factor a considerar en las decisiones de política monetaria.
En conjunto, el Mundial de Futbol se perfila como un catalizador temporal del crecimiento económico, con beneficios concentrados en consumo y turismo, y con el reto de equilibrar estos efectos con la estabilidad de precios y el manejo responsable de las finanzas públicas.