Walmart, una de las cadenas minoristas más grandes del mundo, ha comenzado a cerrar varias de sus sucursales en México y Estados Unidos. La decisión responde a una combinación de factores como pérdidas financieras sostenidas y una disminución en la afluencia de clientes a tiendas físicas.
De acuerdo con la compañía, el cambio en las preferencias de los consumidores —cada vez más inclinados a comprar en línea— ha reducido la demanda en ciertos puntos de venta. A esto se suman los altos costos operativos, los cambios demográficos y dinámicas locales que han vuelto inviable mantener abiertas algunas tiendas.

Los cierres forman parte de una estrategia global de reestructuración, con la que Walmart busca adaptarse a las nuevas tendencias del mercado, ser más eficiente y fortalecer su presencia en el comercio electrónico. En Estados Unidos, los cierres afectan principalmente a tiendas ubicadas en estados como Colorado, Georgia, Wisconsin, Maryland y Ohio.
Hasta el momento, la empresa no ha detallado cuántos trabajadores mexicanos podrían verse afectados, aunque se espera que se brinden opciones de reubicación o apoyo laboral en algunos casos.

Con esta reconfiguración, Walmart reafirma su intención de mantenerse competitivo en un entorno cada vez más digital, priorizando la experiencia de compra en línea y la optimización de su red de sucursales físicas.