Desde principios del año se comenzó a mencionar que por primera vez desde 2017 el gobierno recibiría fondos por parte del Banco de México por concepto de su remanente de operación, cifra que se estimaba en aproximadamente 100 mil millones de pesos, es decir cerca del 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB).
Sin duda para las autoridades esto era una buena noticia, toda vez que ese monto sería muy útil para reducir los compromisos del gobierno, conforme a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH).
Sin embargo, las cifras finales no parecen ser tan positivas como se esperaba. De acuerdo con el comunicado de prensa del Banco de México, publicado el pasado 28 de abril y en el que se presentan los estados financieros dictaminados del Banco de México (Banxico) correspondientes al ejercicio 2024, así como la determinación del remanente de operación, el resultado neto del ejercicio 2024 del banco fue de 836 mil 766.8 millones de pesos (mdp), de los cuales 737 mil 539.8 mdp se canalizaron a la amortización de pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores, mientras que en cumplimiento con el artículo 53 de la Ley de Banxico, se aprobó aumentar la reserva de capital de la institución en 81 mil 232.2 mdp.

Esto significó que el remanente de operación, monto que Banxico debió entregar a más tardar en abril al gobierno federal, resultó ser de solo 17 mil 994.8 mdp, lejos de las estimaciones iniciales que anticipaban un máximo posible de hasta 300 mil mdp.
Como era de esperarse, esto no fue bien visto por las autoridades, de hecho, la presidenta Sheinbaum señaló en su conferencia de prensa mañanera del 29 de abril, “Apenas nos informaron ayer. Nosotros creíamos que era más. Apenas el día de hoy me va a informar bien el secretario de Hacienda cómo fue el cálculo. Pero ya le vamos a informar a la gente cómo vamos a utilizar el recurso”.
El uso de estos recursos está prácticamente definido en la LFPRH, que señala que cuando menos el 70% por ciento del remanente entregado por Banxico se destinará a la amortización de la deuda pública del Gobierno Federal o a la reducción del Déficit Presupuestario aprobado para el ejercicio fiscal en que se entere el remanente, o bien, una combinación de ambos conceptos, mientras que el 30% restante se utilizará para fortalecer el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios o al incremento de activos que fortalezcan la posición financiera del Gobierno Federal.

El hecho es que los recursos que recibirá el gobierno federal por concepto del remanente de Banxico son poco significativos para realmente incidir significativamente en beneficio de las cuentas del sector público, sobre todo en un momento en el que la necesidad de recursos se incrementa significativamente, lo cual incidirá en los niveles de endeudamiento público, aun cuando las autoridades afirmen que “México no va a endeudarse, eso es absolutamente falso”.
Sin embargo, sus cifras dicen otra cosa. De acuerdo con las estimaciones del documento de Criterios 2025, al cierre del sexenio el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (SHRFSP), que es el concepto más amplio de deuda del sector público, se estima en casi 25 billones de pesos, lo que implica un aumento de 7.5 billones en la deuda pública, resultado muy lejano a la aseveración oficial de que el gobierno no se endeudará.
Los resultados más recientes sobre la evolución de las finanzas públicas para el primer trimestre del presente año muestran resultados generales razonablemente positivos.
Por una parte, los ingresos totales aumentaron 11.0%, respecto al mismo lapso del año pasado, impulsados en buena medida por el alza de 21.3% en la recaudación por concepto del impuesto sobre la renta y del aumento de 20.9% resultado de la recaudación de IVA. Si bien estos son buenos resultados, es poco probable que se mantengan a lo largo del año ante el debilitamiento esperado de la actividad económica.

Por el lado del gasto se observó una disminución de 5.9%, un buen desempeño en línea con el objetivo de austeridad del sector público. Sin embargo, esto puede no ser tan benéfico, puesto que implica la menor asignación de recursos en rubros importantes para el bienestar de las familias.
De acuerdo con la clasificación del gasto programable, es decir, por el lado de quien ejerce el recurso, se observa que el gasto en educación se redujo 34.7% anual, el de salud lo hizo en 13.8% y el de bienestar, que es uno de los más representativos del presupuesto ligado al bienestar de los hogares, disminuyó 26.8%.
En el caso del gasto programable por su clasificación funcional, que refleja la finalidad de la asignación de los recursos, se observa una importante disminución en los tres grandes segmentos en los que se clasifica, siendo el más afectado el de Desarrollo Social, que tuvo una caída de 11.3%, impulsado por la baja de 45.8% en el gasto en protección ambiental, de 14.3% en el de salud y de 19.0% en el de educación.

El gasto de gobierno se contrajo 10.0%, mientras que el de desarrollo económico lo hizo en 5.5 por ciento.
La falta de recursos seguirá siendo un riesgo para las finanzas públicas del presente año, con consecuencias posiblemente desfavorables en la prestación de servicios y bienes públicos.
México
De acuerdo con la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el primer trimestre del año el PIB creció 0.2%, respecto al periodo previo, lo que propició que en comparación con el año pasado se observara un avance de 0.6% que, si bien fue ligeramente mayor al reportado en el último trimestre del 2024, es el segundo menor aumento en los últimos 16 trimestres. No obstante, este comportamiento respondió principalmente al dinamismo estimado para las actividades primarias, para las que se anticipa un incremento trimestral de 8.1% y uno anual de 6.0%. Por el contrario, para las actividades secundarias se prevé una caída trimestral de 0.3% y una de 1.4% anual. Para las actividades terciarias se anticipa una caída trimestral de 0.02%, mientras que en términos anuales se espera un avance de 1.3%, el más bajo desde el segundo trimestre del 2021.
Durante marzo la actividad comercial de México con el exterior vio un mejor desempeño, después de que en febrero se apreciara un comportamiento negativo. En el tercer mes del año, las exportaciones totales sumaron 55 mil 527 millones de dólares, lo que significó un incremento anual de 9.6%. Este resultado respondió principalmente al aumento de 9.7% en las exportaciones no petroleras, impulsadas por el alza de 10.1% en las manufactureras, dentro de las cuales las automotrices se elevaron 6.2%. Por su parte, el monto total de importaciones fue de 52 mil 085 millones de dólares, 7.1% más que el año pasado. En este caso, el principal origen de este resultado fue el aumento de 9.7% en la adquisición de bienes intermedios, toda vez que la de bienes de consumo cayó 1.2% y las de bienes de capital 1.3%. De esta manera, el saldo comercial de marzo resultó superavitario en 3 mil 443 millones de dólares.
El debilitamiento de la actividad económica continúa haciendo mella en el sector laboral. La dificultad para generar mayores empleos de calidad aumenta y el aumento de la población ocupada muestra señales de debilidad. De acuerdo con el reporte del Inegi, durante marzo la población ocupada sumó 59.7 millones de personas cifra que si bien fue 562 mil personas mayores a la reportada un mes antes, no fue suficiente para evitar que respecto al mismo mes del año pasado registrara una disminución de 88 mil personas, con lo que acumuló dos meses consecutivos con variaciones anuales negativas.

La expectativa de un mayor debilitamiento de la actividad económica sigue en aumento, lo que se refleja en el deterioro de los niveles de confianza empresarial. Los datos del Inegi indican que en marzo el indicador de confianza del sector manufacturero reportó una disminución mensual de 1.2 puntos, que en términos anuales representó una baja de 5.6 puntos, con lo que acumuló once meses consecutivos con variaciones negativas. La confianza del sector comercio cayó 1.8 puntos en el mes y 6.8 anual. Por su parte, el indicador del sector construcción tuvo una alza mensual de 0.1 puntos, aunque en términos anuales cayó 5.9 puntos.
A pesar de la modesta mejora que anticipa la estimación oportuna del PIB para el primer trimestre del año, las expectativas de los especialistas del sector privado se mantienen pesimistas. Los resultados de la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, Abril de 2025, indican que el pronóstico promedio de crecimiento de la economía para 2025 se ubicó en solo 0.11%, en tanto que para el 2026 se anticipa un avance de 1.41% y para 2027 uno de 1.79%, en todos los casos por debajo de sus estimaciones previas. Preocupa el hecho de que los principales obstáculos para hacer negocios en el país, en opinión de los especialistas, son el crimen, la falta de estado de derecho y la corrupción.
Estados Unidos
De acuerdo con la primera estimación del Departamento de Comercio, durante el primer trimestre del año el PIB se contrajo a una tasa anualizada de 0.3%, lo que contrasta con la estimación del mercado que anticipaba un avance de 0.4%. El gasto en consumo personal aumentó 1.8%, después de crecer 4.0 % el trimestre previo. La inversión interna privada se elevó 21.9%, con lo que aportó 3.6 puntos al crecimiento total, aunque evidentemente fue insuficiente para evitar la caída del PIB total. Las exportaciones aumentaron 1.8%, mientras que las importaciones se dispararon 41.3%, posiblemente como una anticipación a las medidas arancelarias. Esto propició que las exportaciones netas restaran 4.83 puntos porcentuales al crecimiento total. Por su parte, el gasto público se contrajo 1.4%.

El Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano informó que durante marzo el gasto total en construcción disminuyó 0.5%, cifra que contrasta con el pronóstico del mercado que preveía un incremento de 0.3%. Por sector, el gasto en construcción privada disminuyó 0.6%, mientras que el de la pública lo hizo en 0.2%. Por tipo de obra, el gasto en la construcción residencial cayó 0.4% y la no residencial lo hizo en 0.5%.
El Departamento del Trabajo informó que en abril las nóminas no agrícolas aumentaron en 177 mil personas, cifra que superó las 130 mil que estimaba el mercado. Por su parte, las nóminas del sector privado aumentaron en 167 mil también superando la estimación del mercado que anticipaba la creación de 125 mil empleos. De esta manera la tasa de desempleo se ubicó en 4.2%, en línea con el pronóstico del mercado.