El curandero rumano Mircea Gabriel, conocido como “El Quita Dolores”, ganó gran popularidad en Puebla por sus métodos de sanación alternativa, al punto de tener su agenda completamente llena hasta agosto.

Desde hace meses, Mircea ofrece sesiones en el Paseo Bravo, donde inició atendiendo en una banca frente al edificio Carolino. Su fama creció rápidamente gracias a redes sociales y al testimonio de personas que aseguran haber sentido alivio físico o emocional tras recibir su atención. Las filas para consultarlo llegan a reunir hasta 500 personas en un solo día, con jornadas de más de nueve horas.
Debido a esta alta demanda, el Ayuntamiento de Puebla lo reubicó a una zona más amplia dentro del mismo parque, donde ahora atiende a un promedio de 40 personas al día, en sesiones que pueden durar desde 30 minutos hasta hora y media. Aunque no tiene una tarifa fija, los pacientes suelen dejar un donativo voluntario al final de la consulta.

Para quienes no alcanzan lugar, Mircea ha ofrecido ayuda a distancia. A través de fotografías o cartas, promete enviar energía durante la noche, un gesto que muchos agradecen pese a que sus prácticas no cuentan con respaldo científico ni autorización oficial.
Su caso abre muchas conversaciones sobre el impacto de las terapias alternativas en la salud emocional de muchas personas, especialmente en contextos donde el acceso a atención médica convencional es limitado.