El Papa Francisco ha estado utilizando una mascarilla de oxígeno no invasiva mientras duerme, con el fin de asegurar que sus pulmones se expandan adecuadamente durante la noche y apoyar su recuperación. Durante el día, ha comenzado a usar oxígeno de alto flujo a través de un tubo nasal. Su rutina incluye sesiones de fisioterapia, tratamiento para la neumonía bilateral y terapia respiratoria, según informaron funcionarios del Vaticano.
A sus 88 años y con antecedentes de enfermedad pulmonar crónica y una parte del pulmón extirpada en su juventud, el Papa ha permanecido estable durante los últimos dos días, luego de sufrir dos crisis respiratorias el lunes. No obstante, los médicos han advertido que su pronóstico sigue siendo incierto debido a la gravedad de su condición.
El Vaticano también informó que el cardenal Ángel Fernández Artime, quien ocupa un cargo adjunto al frente de las órdenes religiosas del Vaticano, presidirá el rezo del Rosario nocturno por la salud del Papa. Además, el Papa Francisco, aunque convaleciente, celebró el inicio de la Cuaresma realizando el rito de la imposición de ceniza, mientras que también contactó al sacerdote de la parroquia en Gaza.
La Iglesia católica dio comienzo a la solemne temporada de Cuaresma que conduce a la Pascua sin la participación del papa. Un cardenal tomó su lugar liderando una breve procesión penitencial entre dos iglesias en el Aventino y leyó una homilía del Miércoles de Ceniza preparada para el pontífice con palabras de solidaridad y agradecimiento para Francisco.
“Nos sentimos profundamente unidos a él en este momento”, dijo el cardenal Angelo De Donatis. “Y le agradecemos la ofrenda de su oración y su sufrimiento por el bien de toda la Iglesia en todo el mundo”.
El Miércoles de Ceniza, los católicos practicantes reciben una señal de la cruz en ceniza en la frente como recordatorio de la mortalidad humana. Es un día obligatorio de ayuno y abstinencia que marca el inicio de la temporada más penitente del cristianismo, que conduce a la Pascua el 20 de abril.
“La condición de fragilidad nos recuerda la tragedia de la muerte”, resaltó De Donatis en su homilía. “De muchas maneras, tratamos de desterrar la muerte de nuestras sociedades, tan dependientes de las apariencias, e incluso eliminarla de nuestro lenguaje. Sin embargo, la muerte se impone como una realidad con la que tenemos que lidiar, un signo de la precariedad y brevedad de nuestras vidas”.
El papa había esperado en un principio asistir a un retiro espiritual este fin de semana con el resto de la jerarquía de la Santa Sede. El martes, el Vaticano anunció que el retiro seguirá adelante sin Francisco pero en “comunión espiritual” con él. El tema, seleccionado antes que Francisco enfermara, era “esperanza en la vida eterna”.